Ese ánimo de exterminio parece tener sentido por el ’casual’ bloqueo de 12 comunidades de Chiapas para atención médica. Históricamente por los accidentes orográficos de las zonas, el estado otorgaba apoyos a través de dos vías: el envío de médicos para tareas de prevención (como vacunas) y tratamientos de primer nivel o medicina familiar, así como servicio aéreo para casos de enfermedades que sólo pueden ser tratadas en hospitales de segundo nivel o partos con alguna complicación. Hoy eso ha dejado de suceder. Los médicos ya no van físicamente, pero firman que sí fueron. Y las empresas de servicios aéreos no los prestan más porque ’no hay dinero’.
Así lo revela, por ejemplo, un documento de la empresa Servicios Aéreos San Cristóbal, SA de CV, que deja al descubierto un adeudo no pagado por el gobierno de Manuel Velasco. Ese hecho deja en estado de indefensión a estas comunidades, cuyos enfermos deben ser trasladados a pie en jornadas de más de 14 horas (siete horas por veredas y otras tantas por terracería) a la cabecera municipal más cercana, Ocosingo, donde gran parte no llega y quienes lo hacen, arriban con diagnósticos de pronóstico reservado. Por supuesto, es grave que se incurra en estas omisiones asesinas del estado de Chiapas, pero lo es más que esto tenga lugar como parte de un conjunto de acciones concertadas para eliminar a ¡pueblos originarios!
Esta descabellada campaña –que presuntamente es encabezada por el gobernador Velasco– tiene un efecto transexenal para cumplir su cometido, de ahí que el conspicuo senador Luis Armando Melgar Bravo, directivo también de TV Azteca (viva el estado de derecho), quien se había mantenido con bajo perfil parece ser parte de este peligrosísimo plan.
De entrada, la Cruz Roja Internacional debería hacer inspecciones aleatorias a vacunas y todo tipo de medicamentos dirigidos a estos grupos raciales que forman parte de la diversidad pluriétnica del país para detectar y sancionar cualquier irregularidad. Lo peor que se puede hacer en estos casos, por más absurdos que parezcan, es quedarse callado esperando que alguien haga algo. No es ese nuestro caso. Pasaremos de la prédica a la práctica contra estos planes de exterminio inaceptables aun en un país tan corrupto como México.
@evillanuevamx
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